La kale borroka ha reaparecido con virulencia en las calles de Euskadi, en plena temporada festiva. Un grupo de alborotadores sembró el caos en la madrugada de ayer durante una hora en Zarautz al provocar incendios en 13 puntos distintos de la localidad guipuzcoana, que celebra esta semana las fiestas del barrio de Santa Clara-Azken Portu. Los equipos de protección civil, compuestos por varias dotaciones de Bomberos, Policía Municipal y Ertzaintza, tuvieron problemas para dar a basto en las labores de extinción debido a la propagación de las hogueras, en las que los violentos llegaron a emplear productos inflamables. Dos ertzainas sufrieron quemaduras leves en sus manos al intentar sofocar las llamas, que en algunas zonas alcanzaron un altura equivalente a cuatro pisos y pusieron en peligro los domicilios de los vecinos. Los fuegos acabaron por destrozar 24 contenedores de basura, valorados en 20.000 euros, y han dejado en precario el sistema de recogida de residuos. También se registraron daños en fachadas, vehículos y señales de tráfico, aún sin cuantificar.
El alcalde de Zarautz, Jon Urien Crespo, no dudó en denunciar que los actos vandálicos fueron «premeditados», «planificados» y «organizados». La Policía autónoma identificó a dos personas en el lugar de los altercados, aunque no las detuvo. Por su parte, la consejería de Interior, que desarrolla su segunda campaña de deslegitimación de la violencia en las fiestas patronales vascas, ha abierto una investigación para determinar si los incidentes obedecen a un rebrote de la violencia callejera -la principal hipótesis que barajan fuentes de la lucha antiterrorista- o están vinculados con el gamberrismo.
A falta de que la Ertzaintza esclarezca la autoría, los incidentes ocurridos en la localidad guipuzcoana constituyen un rebrote de la violencia callejera un año después de los últimos altercados graves registrados en el País Vasco. Para encontrar un precedente similar hay que remontarse a septiembre pasado en Lekeitio, donde 200 radicales mantuvieron «una batalla campal» con ertzainas que se saldó con numerosos daños materiales, ocho arrestados y siete heridos. Un mes antes, en la Aste Nagusia de Bilbao, un grupo de encapuchados calcinó un autobús urbano y cinco coches. Salvo ataques esporádicos a cajeros y depósitos de basura en diferentes municipios, los incidentes de Zarautz son los de mayor relevancia desde entonces.
El sabotaje de ayer, a apenas unos días del arranque de los festejos de San Sebastián, se prolongó durante una hora, entre las 5.30 y las 6.30 de la mañana, en coincidencia con las fiestas del barrio de Santa Clara. Cuando muchos vecinos y visitantes se habían retirado ya a sus casas tras la jornada festiva, que celebraba el 'Día de los jóvenes', un grupo de alborotadores cuyo número está aún por determinar propagó el fuego.
Incendios en 13 lugares
En total, atacaron trece puntos concretos del municipio, diseminados por buena parte del centro urbano. Los vándalos no sólo causaron los fuegos con medios convencionales, sino que usaron «productos inflamables», según explicaron a este periódico fuentes municipales. Los equipos de protección se desplegaron con urgencia y trabajaron «a destajo», pero la virulencia de la acción les impedía llegar a tiempo para sofocar los conatos.
El alcalde calificó se refirió ayer en todo momento a lo sucedido como «violencia callejera». De hecho, habló de «una actuación bien organizada y planificada». Además de los 24 contenedores calcinados, las llamas consumieron bicicletas aparcadas en las inmediaciones y afectaron a señales de tráfico, árboles y coches. El humo ennegreció algunas fachadas de edificios. Pese a que no se tuvieron que realizar desalojos, los incendios contra «bienes públicos conllevaron grave peligro para los domicilios y propiedades particulares», advirtió el alcalde. Los portavoces de los partidos municipales (Hamaikabat, PNV, PSE, EB-Aralar y PP) explicarán hoy cómo se va resolver la recogida de residuos.
Urien, de Hamaikabat -escisión de EA-, realizó un llamamiento a «la serenidad» de los residentes para que «disfruten del verano y las fiestas». «Exijo respeto para la gran mayoría de los zarauztarras que quieren vivir en paz y rechazan actitudes violentas y amenazadoras», indicó el regidor del pueblo.
Erne pide más seguridad
El alcalde denunció el intento «por romper el buen ambiente» y destacó la apuesta «inequívoca por la convivencia» de Zarautz, cuyo Ayuntamiento tiene un gobierno inédito en Euskadi. Es de concentración, formado por todos los grupos con representación municipal salvo la izquierda abertzale, cuya marca electoral fue ilegalizada en los dos últimos comicios locales.
Interior evitó ayer mojarse sobre la autoría de los incidentes, que se produjeron en vísperas del cañonazo con el que arrancan este sábado las fiestas de San Sebastián. El sindicato de la Ertzaintza Erne, sin embargo, reclamó una mejora de las condiciones de seguridad para los agentes y se solidarizó con los dos compañeros heridos en Zarautz, que sufrieron quemaduras leves en manos y brazos al intentar apagar los incendios. Aunque los policías llevan buzos ignífugos, la central reclamó que «se dote» a las patrullas de «los medios necesarios para atender este tipo de incidentes».
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